Los 8 mejores aprendizajes de Mi dieta cojea

Un libro para aprender sobre nutrición y desterrar viejos mitos que hemos creído.

Recientemente leí el libro Mi dieta cojea de Aitor Sánchez. Este libro destierra 19 mitos sobre nutrición que nos han repetido durante décadas pero que la evidencia científica ya ha visto que no tienen ningún sentido. El autor nos habla de falsas creencias como que el desayuno es la comida más importante del día, las 5 comidas diarias, la necesidad de tomar azúcar o lácteos, los hidratos de carbono engordan

En este artículo te revelaré los 8 mejores aprendizajes que he podido obtener de esta obra. No soy nutricionista ni profesional del sector pero daré mi opinión en cada punto. ¡Allá vamos!

  1. Los productos light no son sanos y a veces las personas engordan más. Lo primero porque provocan menor saciedad. Lo segundo, porque al subestimarlos los consumen en mayor cantidad.

Es curioso, pero un producto hecho precisamente para que la gente baje de peso hace que acaben ganando. Además, viendo los ingredientes de los productos se me van las ganas de consumirlos. Siempre miramos las calorías de un alimento y no el año que genera a nuestro cuerpo. Pensamos en estética y no en salud, pero es que aún así nos perjudica también estéticamente. Conclusión: productos light cuantos menos mejor. 

  1. La industria del azúcar no se tomó bien los ataques hacia ella, por eso culpan a los problemas asociados a este al sedentarismo y han financiado estudios de dudosa credibilidad. La OMS recomienda que el azúcar no represente más del 5% de las calorías diarias de una persona. 

Lo que Aitor nos dice aquí es que la industria azucarera trató de defender su negocio a toda costa, señalando a terceros como los responsables de la epidemia de obesidad y diabetes que vive nuestra sociedad. 

En mi caso siempre trato de limitarme el consumo de azúcar hasta los 25 gramos diarios. Alguna vez echo azúcar al café y más esporádicamente consumo algún refresco azucarado, pero lo cierto es que llevo esto muy controlado. No necesitas azúcar refinado para estar saludable. El consumo ideal al final es 0.

  1. Decir que una dieta equilibrada es una dieta sana es una falacia. Puede haber un equilibrio perfecto de macronutrientes con productos insanos.

Nunca me había parado a pensarlo pero es totalmente cierto. Podemos llevar una dieta con un buen equilibrio de macronutrientes de 70% hidratos de carbono, 20% proteínas y 10% grasas a base de productos insanos. Puedo obtener los hidratos del azúcar y la harina refinada, las grasas de aceites como el de girasol y la grasa de palma y las proteínas de carnes procesadas. 

  1. Se ha visto que incluso un consumo mínimo de alcohol conlleva riesgos para la salud lo más seguro es el consumo 0. Las personas con un consumo moderado de alcohol tienden a tomar decisiones más moderadas con su salud. No son más sanas por beber, sino por su mentalidad. 

Las variables que influyen a la hora de determinar un resultado son enormes. El alcohol no es sano y por eso yo no consumo ni una sola gota desde el año 2019. Muchas veces nos ceñimos a las gráficas como indicadores con precisión sin tener en cuenta muchos otros factores determinantes. 

Esto me recuerda a la correlación que existe entre las ventas de helado y las muertes por ahogamiento. Se dice que ambas aumentan simultáneamente en el tiempo porque en los gráficos se ve una clara correlación, pero no es que los helados hagan que la gente se ahogue, sino que tanto las piscinas como las heladerías tienen mucha más afluencia en verano. 

Por eso, tienes que tener mucho ojo cuando te digan que un alimento es más beneficioso para tu cuerpo porque se ha visto en un estudio, ya que hay multitud de variables que pueden estar influyendo.

  1. En el siglo xix se vio que los franceses, pese a comer muchas más grasas saturadas que los irlandeses, sufrían muchos menos accidentes cardiovasculares. Esto se conoce como la paradoja francesa y creían que se debía al consumo de vino. Hoy sabemos que no es que el alcohol sea bueno, sino que las grasas saturadas no son tan malas.

Otro caso de una mala interpretación de los datos y estadísticas. No hay mucho más que aportar en este punto, por lo que pasamos al sexto. 

  1. No pasa nada por comer hidratos de carbono por la noche. Da igual la hora del día, lo más importante es la calidad del alimento que consumas.

Esto lo corroboro yo. Llevo casi 10 años comiendo hidratos de carbono complejos por la noche y no he notado un aumento de peso por ello. Estoy exactamente igual. Aumento de peso noto cuando hago poca actividad física y la misma dieta. 

  1. Los lácteos no son necesarios para la salud. ningún grupo de alimentos lo es. Hay muchas fuentes de calcio: hojas verdes, legumbres, frutos secos, semillas, brócoli… Además, en la salud ósea influyen la actividad física y la exposición al sol. En los países nórdicos hay unas tasas altas de osteoporosis pese al elevado consumo de productos lácteos.

Con esto a los veganos se nos pega mucha caña. No hace falta beber leche para tener una salud ósea en condiciones. Lo curioso es que esto me lo dicen personas con elevados niveles de azúcar en su dieta, cuando el azúcar contribuye a la descalcificación. De hecho, en el agua dura puede haber más calcio a veces que en la leche.

  1. Tanto una dieta omnívora como una dieta vegetariana o vegana pueden ser sanas o no en función de lo bien o mal diseñadas que estén. 

Este es el último aprendizaje top que saco en este vídeo y la verdad que coincido completamente con Aitor. Hay omnívoros muy sanos y muy insanos. Al igual que hay veganos rebosantes de salud y otros que están hechos polvo. 

Hasta aquí esta publicación. Puedes echar un vistazo al libro Mi dieta cojea aquí y te deseo un feliz día 🙂

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